“En Aragón tenemos numerosas opciones de grados universitarios de Ciencias, así como organismos de investigación de probada calidad en campos muy variados, que abren gran número de caminos y posibilidades futuras. Y científicas inquietas y capaces, conscientes de su responsabilidad como mujeres y profesionales, que se asocian para conseguir sus objetivos, divulgar sus conocimientos y logros, visibilizando su presencia en charlas, jornadas, congresos, con presencia también en las administraciones públicas, medios de comunicación, exposiciones, redes sociales, actividades de todo tipo”.
En unas fechas en las que la mayoría de los estudiantes preuniversitarios realizan la prueba de acceso a la Universidad pensamos en las jóvenes que, seguras de su capacidad intelectual y de esfuerzo, con interés y curiosidad por el conocimiento y el progreso, podrán buscar en los próximos años su crecimiento y desarrollo personal apostando por una formación basada en la razón, la evidencia y el cuestionamiento. Es decir, por una formación académica científica.
En torno al tema de las universitarias de Ciencias, nos viene a la mente una exposición vista en 2022: “Pioneras ilustradas”, sobre las primeras licenciadas por la Universidad de Zaragoza, en el Paraninfo.
En nuestra Universidad zaragozana, en el primer tercio del siglo XX, con estudios de Ciencias –Exactas y Químicas- y Medicina, encontramos una serie de mujeres que formaron parte de las primeras licenciadas médicas, matemáticas, físicas o químicas.
Recordemos que el acceso de la mujer a estudios superiores (sin necesidad de autorización previa) data de 1910. Sin embargo, estudiar carreras científicas no era algo sencillo para una mujer; se admitían “socialmente” profesiones como la docencia o sanitarias, pero fuera de esos límites tenían que concurrir determinadas circunstancias que facilitaran el ser estudiante de Ciencias Experimentales. Así, en la exposición “Pioneras” encontramos una matemática hija de catedrático, jóvenes médicas con un grandísimo interés por sus estudios o que poseían un brillante expediente, o religiosas docentes con formación física y química. Tras sus estudios, algunas de estas jóvenes profesionales realizaron el doctorado, otras se dedicaron a la docencia en Bachillerato o fueron destacadas médicas profesionales.
La exposición, con ilustraciones de artistas aragonesas y testimonios como los expedientes académicos personales de las universitarias, ha podido verse en numerosos lugares de Aragón, cumpliendo así su objetivo de divulgación, valoración de la figura de estas mujeres y fomento de vocaciones científicas.
Hoy día, casi 100 años después de que las primeras estudiantes de ciencias llegaran a la Universidad, el número de mujeres matriculadas en estudios universitarios STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas) es muy superior al de hace algunas décadas, un número impensable quizá en aquel lejano 1910.
Pero llama la atención el que esas cifras no se correspondan con el número de mujeres que ocupan puestos de responsabilidad laboral en las áreas relacionadas: investigación científica, catedráticas universitarias, dirección de empresas, etc.
Hay, por supuesto, nombres de mujer de importancia capital en la Ciencia: premios Nobel de Física, Química, inventoras con patentes científicas registradas, o con descubrimientos básicos en medicina, biología, etc.
Se constata también este desequilibrio entre el número de estudiantes de Ciencias y profesionales, con responsabilidad o liderazgo, en el campo de la docencia o en profesiones sanitarias que presuponen una formación universitaria científica. Son actividades con elevada presencia laboral de mujeres, pero en las que éstas no ocupan la mayoría de los puestos directivos o de responsabilidad. ¿Profesiones feminizadas en las que, paradójicamente en muchas ocasiones, la mujer no ocupa puestos de responsabilidad?
Hasta aquí, nada que no conozcamos ya o aparezca explicado cuando se habla de temas relativos a la mujer y su papel como elemento activo de la sociedad: el techo de cristal, ausencia de protagonismo y su función como ayuda necesaria, imprescindible en muchas ocasiones, proveedora y soporte. Algo que sigue estando presente en nuestro día a día y que si tiende a modificarse lo hace, quizás, con demasiada lentitud.
En este inicio de etapa formativa universitaria para muchas jóvenes, esperamos que muchas más escojan los estudios científicos, siguiendo su genuino interés, a pesar de influencias sociales o incluso de posibles “autopercepciones” poco favorables (esa supuesta falta de pensamiento lógico, de habilidad mecánica, de visión espacial…).
En Aragón tenemos numerosas opciones de grados universitarios de Ciencias, así como organismos de investigación de probada calidad en campos muy variados, que abren gran número de caminos y posibilidades futuras. Y científicas inquietas y capaces, conscientes de su responsabilidad como mujeres y profesionales, que se asocian para conseguir sus objetivos, divulgar sus conocimientos y logros, visibilizando su presencia en charlas, jornadas, congresos, con presencia también en las administraciones públicas, medios de comunicación, exposiciones, redes sociales, actividades de todo tipo…. Fendo camín, entre todas.